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RESISTENCIA

Desde que teoricamente, el mono cedió el paso al hombre, la mujer ha sido explotada por él.

Los edificios crecen, las fronteras se mueven... pero el hombre sigue usando a la mujer a su antojo.

La prostitución, el techo de cristal, la violencia de género... Distintos nombres en distintos ámbitos pero el mismo problema sin resolver.

Distintas humillaciones en distintos estamentos pero la misma condena que cumplir.

 

La especcia mejora, dicen.

Hay hombres buenos, dicen.

Las mujeres son débiles, dicen.

INTOCABLES

Alcohol y exaltación de la amistad. Causa y consecuencia. Inevitable:

“¿Por qué no te gusta que la gente te toque?”

“Porque no. Si me tocas, te follo”

 

YO

Sueño que viajamos en una endeble colchoneta por la costa portuguesa. Él tumbado y yo intentando no tocarle y no ahogarme. Misión imposible.

“Qué bonito. Parece Malta”

“¿Has estado en Malta?”

“Sí, un mes. Y se parece mucho”

Sólo mi cabeza sobresale por el nivel del mar. Y él se esfuerza en impedir que me agarre. No me queda más remedio que tocarle el cuello. Él o yo. Y entonces, comienza su insinuación.

Hombres extraños. Sueños inapropiados.

NOCHE DE BATALLA

NOCHE DE BATALLA

 

Cuando le ví, corrí hacia él y le abracé. Hacía años que no nos veíamos, pero él venía preparado para la batalla. Aunque su mejor armadura no le duró más que un par de horas. Él cada vez se acercaba más a mí y juntos cada vez nos acercábamos más al pasado, que se quedó en una inesperada negación del futuro.

No paró de defender una relación que los dos sabemos que está derrotada desde que empezó. y tras un par de horas de enfrentamiento, me pedía tirar las armas.

Estoy muy feliz con mi novia. Por fin, soy fiel. No me compensa portarme mal. Porque nada supera poder mirarla cada mañana.

Hubo algo. No lo niegues. Mi exnovia te odiaba. Un día que salimos te pregunté… Tú dijiste… No lo recordaba así. Estás tremenda… Si vas al baño, avísame. Esperamos que el resto se marche y tú y yo nos vamos juntos…

yo sí que he encontrado alguien a quien mirar por las mañanas...

ECHÁNDOTE DE MENOS

ECHÁNDOTE DE MENOS

 

en tu habitación, sin tiempo para la reacción, para la reflexión, para la negación. en tu habitación, donde me encerrabas y de donde no quería salir, me suplicabas un beso, me tirabas del pelo, me acariciabas, me convencías de que el sexo entre nosotros sería mucho más que sexo... Entre nosotros es imposible dejar de lado los sentimientos... Tenemos algo pendiente... A ninguno de los dos le costaría mucho rendir al otro.

hace más de un año que no hablamos y pronto me llamarás, invitándome a tu boda. la boda de mi mejor amigo.

MI HÉROE

MI HÉROE

 

El metro de Bruselas es uno de los lugares más destemplados,
impersonales e inhóspitos que conozco. Y en un lugar así, sólo podría
sobrevivir un ser tan sensible como él. Mirada profunda y sonrisa tímida. Su
madre le cohibía y su hermano le necesitaba, pero él no acumulaba ni 10 años.

 

El tren que nos encierra llega a una parada que parece el
inesperado fin de nuestro viaje. La megafonía escupe una voz fría y cortante
que lanza a los que le entienden al andén. El resto nos quedamos dentro
intuyendo que no lo estamos haciendo bien.

 

Sentada junto a la ventana, busco respuestas y sólo le
encuentro a él. En un castellano gesticulado, le pregunto si tengo que salir
fuera y él asiente. Cuando me dirijo hacia la puerta, ésta se cierra y el tren
comienza a moverse. El pánico le inunda los ojos. Y yo estoy encerrada en un
tren que no se a dónde me lleva y por un motivo que desconozco. En la siguiente
estación, el tren se para y mi verdugo recorre el andén. Seremos unas 10
personas las secuestradas y nadie sabe cómo consolarse.

 

El tren realiza un cambio de aguja y vuelve sobre sus pasos.
Alguien ha debido cambiar de opinión sobre nuestro destino. Regresamos a la
estación y, entre la multitud, la mirada de mi pequeño, buscándome entre la
gente. Desesperado. Cuando consigue identificarme, sonríe y su cuerpo se
relaja. Sin palabras, bromeo con el incidente pero su madre a punto está de
descubrir nuestro secreto. Subimos de nuevo al tren y en la siguiente parada
los tres lo abandonan. Mirada clavada al suelo para no tener que recordarme.
Pero su inocencia es curiosa. Una sonrisa sincera, una lánguida
mirada y me despido para siempre de mi héroe.

 

 

A MIS PIES

A MIS PIES

Camino al autobús, tras dejar en su hotel a un amigo turco, una larga historia. Me obligo a pasar por la estación de policía y bomberos. Un camino en el que siempre cabe la posibilidad de que suceda algo divertido. En la puerta, un policía local. Uno de los rostros más perfectos que he visto jamás. La calle vacía. Me mira, le miro, nos sonreímos. No me detengo y él anda de espaldas para no dejar de observarme. Con tan mala suerte que choca con un bolardo de los que impiden que los vehículos aparquen en la acera. Intento agarrarle para que no se caiga, pero él solo consigue mantener el equilibrio y la dignidad.

-¡Que te caes!

- Por mirarte

- Pues ten cuidado

- Eres preciosa

Sonrío, le dejo atrás y la autoestima llena mis pulmones. Sigo caminando a saltitos imperceptibles hasta que escucho una moto que se acerca. Es él. No sé por qué, pero lo sé. Llega a mi altura, reduce la velocidad y me vuelve a sonreír. No puedo evitar morderme el labio, mezcla de vergüenza y picardía.

- Hola

- Hola

-Ahora, no hagas que me caiga, que voy en moto

-No, no. Ten cuidado

Acelera y llega hasta al semáforo que, para suerte de los dos, se pone en rojo. Sigo andando, mirándole y sonriéndole. Giro la esquina, semáforo verde y me sigue. Su compañero me mira y acelera. Él se vuelve para despedirse y se aleja para callejear por las céntricas calles de Madrid.

Un camino en el que siempre cabe la posibilidad de que suceda algo divertido. 

 

 

 

Empujo la puerta del metro, deseando llegar a casa. Caras de confianza, libertad, cotidianeidad, mis cosas, las de ellos… Y lo primero que encuentro son dos hombres jóvenes de Europa del este. Me miran con intensidad, mientras bajan las cuatro escaleras que les llevarán al inframundo. Pero uno de ellos en el último escalón se tropieza y se cae tan cerca de mí que entre su amigo y yo le sostenemos. Yo asustada, él avergonzado y su amigo, sin parar de reír, le dice algo en su idioma que le hace avergonzarse aún más. Me contagio de la risa de los dos, y su intensidad se convierte en inocencia.  

LA PERSONA QUE MÁS TE QUIERE EN EL MUNDO

LA PERSONA QUE MÁS TE QUIERE EN EL MUNDO

 

Sales de casa abrigada para combatir el frío, sin ningún éxito. Lo llevas todo: la boca de color vino, la inseguridad disfrazada de naturalidad y la bolsa de la basura en la mano derecha.

 

Tal cual lo tenías previsto, después de andar 30 metros, llegas a la esquina. Pero en ese momento un coche cruza la calle. Al volante, un hombre que habla por el móvil. Y tú piensas “¿Quién será ese gilipollas que podría haberme pillado?”.

 

Es un vecino tuyo que hace tiempo dejó de serlo y este año, maldito año, ha vuelto. Se marchó a Albacete para casarse y ser feliz. Pero nunca llegó a cumplir ninguno de sus objetivos. Y cuando te enteraste de su desgracia, te alegraste, más por ti que por él. Puro orgullo, posesión eterna.

 

Él parece oírte, sentirte. Se gira y te mira. Te reconoce, deja de hablar por teléfono. Cede el paso a los recuerdos y despacio continúa su marcha con una sonrisa de medio lado. Tu corazón se acelera, dejas de sentir frío y, como no podía ser de otra forma, se te olvida tirar la basura.  

SUEÑO ¿o pesadilla?

SUEÑO ¿o pesadilla?

Te escribo porque sé que no me vas a leer y sobre todo como válvula de escape para mi subconsciente, el cual te proyecta en sueños durante las dos últimas semanas (da igual si lo lees o no, la cosa está en escribirte).

Apareces desnuda, dormida, en mi cama. Escribo palabras y frases en tu cuerpo constantemente, desesperado, en las sábanas, en mi cuerpo. Tengo la boca censurada. No dejo de "escribirte" porque no puedo hablar. Lloro.

No sirve de nada escribir en tu piel. No lo lees. Sigues durmiendo. Te despiertas y te marchas. Sin decir nada. Sin "leerte" nada. Y cuando me despierto, en el bar donde siempre nos reunimos, veo un cartel escrito por ti, enorme:

Me ha costado quitar la tinta de tus venas en mi cuerpo. No vuelvas a "escribirme".

Nunca antes había tenido una pesadilla tantas veces.

D.H.G.

 

 

Aprovechaste todo lo que sabías sobre mi para herirme

Te recordaré como mi primera batalla perdida

Te lo advertí

 

HOY ME APETECE...

HOY ME APETECE...


•    Mirar la luna hasta que se vuelva cuadrada
•    Observar el mar hasta que cesen las olas
•    Recorrer el mundo hasta que me caiga por uno de sus lados
•    Vigilar el sol hasta que deje de lucir
•    Contemplar el fuego hasta que se vuelva verde

 

•    Visitar todos los monumentos de interés de una isla desierta
•    Conseguir la colección completa de Heidi en japonés y aprenderme los diálogos
•    Asistir a la final de la Champions que ganará el Getafe
•    Adquirir entradas en primera fila para el concierto que Madonna dará en mi casa
•    Cenar en el mejor restaurante del país y acabar saciado

 

  
•    Saborear, al menos, 3 daikiris al día en mi chiringuito de Isla Margarita
•    Patinar sobre hielo dos veces por semana en la sala de juegos de mi casa
•    Vestir a Bobby con la última colección de joyas de Cartier
•    Tomar mi yet para comprar el pan recién hecho en Londres

•  Comprarme un subibaja para que se diviertan los enanitos de mi jardín

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL MAR GOLPEA EN MI PIEDRA

EL MAR GOLPEA EN MI PIEDRA

Es el centro del universo. Una vez lo fue del mío y siempre lo será del suyo. Antes de ser quien es y dejar de ser quien fue, se convirtió en un ser perfecto. Tan decisivo y peligroso como el mar. Creado para mi, y yo para el. El destino nos unió hace demasiado tiempo, y nos separó hace demasiado poco; y nos dijo que volveríamos a estar juntos cuando lo mereciéramos. Ese día aún no ha llegado, y tal vez nunca llegue. Aunque, a veces, él me asegura que el destino le susurra al oído.

CUANDO UN TQ NO ES SUFICIENTE…

CUANDO UN TQ NO ES SUFICIENTE…

 

Cada beso persigue la eternidad

 

El nerviosismo pellizca mi estómago

 

Mi pecho se somete a la misma presión que bajo una columna de 20 metros de agua

 

Cuando no estoy junto a ti, me siento atrapada en un ataúd de rosas

 

Mi cuerpo gana en necesidad y pierde en voluntad

 

La agitación se convierte en la banda sonora de mi respiración

 

Mi boca necesita morder, mis manos poseer y mis ojos clavarse en los tuyos

 

Sentirte supone irremediablemente dejarme llevar hasta morir en ti

 

Si no camino de tu mano, me convierto en un ser incompleto, ausente, errante, vacío

PORQUE YO...

PORQUE YO...

Porque me encanta que tu lengua acaricie la mía

Porque me encanta que me cojas de la mano

Porque me encanta dormir contigo, y despertarme

Porque me encanta agitarte la respiración

Porque me encanta cuando me besas la nariz

Porque me encanta que te pierdas en mi cuello

Porque me encanta cuando me miras, sin palabras

Porque me encanta sentir cómo te excitas

Porque me encanta que me vistas, y me desvistas

Porque me encanta que me duelan los labios después de estar contigo

Porque me encanta que me abraces

Porque me encanta sentirte dentro de mí

PORQUE TÚ...

PORQUE TÚ...

Porque cuando bostezas se te llenan los ojos de agua

Porque conduces como un auténtico valenciano

Porque cuando te pones nervioso mueves las piernas

Porque te chascas los dedos las veces que hagan falta hasta que te suenan

Porque giras la cara hacia la izquierda cuando estornudas

Porque cuando te pica algo siempre te va a picar algo más

Porque cuando comes spaguettis utilizas cuchara y tenedor

Porque cambias de tono de tono de voz cuando vas a colgar el teléfono

Porque frunces el ceño cuando haces una foto

Porque cuando comes haces siempre un sonido antes de hablar

Porque te rascas la barba como un lobo hace con su pelaje

Porque imitas casi cualquier acento a la perfección

Porque das golpecitos en el volante cuando escuchas música

Porque abres con firmeza las patillas de tus gafas, al ponértelas, y subes las cejas para acomodártelas

Porque firmas a una velocidad asombrosa

Porque eres capaz de arreglar cualquiercosasusceptibledestropearse

Porque te frotas los ojos como un niño pequeño

 

 

SÓLO AMBICIONA EXPERIMENTAR POR FIN ESTE CONTACTO Y MORIR EN ÉL (FRANZ KAFKA)

SÓLO AMBICIONA EXPERIMENTAR POR FIN ESTE CONTACTO Y MORIR EN ÉL (FRANZ KAFKA)

Piensas en ellos, en lo que los echas de menos. En que estás escribiendo en un autobús y te vas a volver a pasar de parada. Piensas en que nombremasculino1 no ha venido, y en lo que hubiese sucedido si hubiese venido. Piensas en el que tienes sentado al lado leyendo una revista y en los dos de adelante (un hombre de más de 60 años y un joven negro, hablando de fútbol muy animados. En realidad, sólo habla el viejo. Y son las 4 de la mañana) Piensas en ÉL  y en mandarle un sms y decirle que le necesitas a él, a sus manos, y a su boca. La radio del bus. Y los de alante hablan. Sigues borracha y el de al lado deja de leer y te observa por el espejo del bus. Acabas de dejarlos. Fueron todo lo que buscabas y ahora todo lo que anhelas. De camino, piensas en nombremasculino2, pero ÉL vuelve a tu mente y no puedes evitar pensar en sus ojos. Y los de adelante hablan del Barça. Y el de al lado no sabe dónde mirar. Pasas por donde se realizó la cena de empresa. Nos saltamos un semáforo. Y hablan de Dani Alves y Messi. Y el chico que estaba a tu lado acaba de pedirte paso. Se lo has dado y posiblemente está intentando leer lo que escribes, mientras llega su parada, pero tú sigues y escribes peor de lo normal. Y vuelves a pensar en ÉL. Intentas tapar tus textos. Ya se baja, vuelves a escribir con libertad. Te cambias de sitio y ocupas el suyo, junto a la ventana. “Robben” dice el señor blanco al negro. ¡No puedes dormirte! ¿Qué habrá pensado el chico que acaba de bajar? Me da igual. Le necesito, a ÉL, a su lógica, a sus manos y a su cuello. Esta noche podría haber tenido a otro, pero le quiero a ÉL. Has esquivado una alcantarilla, te has doblado el pie, has pensado en quién te podrías encontrar, has escuchado una discusión de pareja que has deseado tener, por el mero hecho de tenerla con ÉL. Llevas un anillo precioso y ves por la ventana una pareja que se abraza. Esto lo has sentido antes, pero esta vez se hará realidad. No puedes dormirte. Y mañana te espera un día vertiginoso. Te encanta esa palabra. Vertiginoso. El suelo del bus brilla y nombremasculino3 te ha dicho “quédate y cogemos juntos el bus”. Sabes lo que eso significa y vuelves sola a casa porque has pensado de nuevo en ÉL. ¿Estará en su coche esperándote en la puerta de casa? No, no estará. Pero sabes que poco a poco, empieza a necesitarte. Menos que tú a ÉL, pero algo es algo. Estás llegando y debes guardar el papel y el boli. Pero quieres expresar de la manera más absoluta y fiel lo que sientes por ÉL. Otro viajero vuelve a leer lo que escribes. De hecho, puede que le conozcas. Pero no te importa. Guardarás el papel y volverás a ser la misma que ni siente ni padece, hasta que ÉL lo diga. Porque yo ya no soy la que decide.

EN DEFENSA PROPIA

EN DEFENSA PROPIA

la relatividad del tiempo estalla en mi cabeza. Pero calculo que hace no más de dos meses murió el tío de mi padre. el abuelo que nunca tuve. el abuelo que no me dejaron tener. se convirtió en el padre que mi padre siempre necesitó y no encontró. se parecían en gestos. en el humor. en la mirada. y en los pies. eran vindel, vindel. yo no. yo tengo mucho de impulso, de bocanada, de error. murió un viernes, para no causar mucha molestia. de noche y con su familia. recordando las cervezas que se bebía con el padre de mi padre. nombrándolo unas veces. otras sintiendose extraño a su mujer, a sus hijos y al sobrino al que más quería, que no podía evitar impresionarse por tener el terrible privilegio de conocer su futuro y verse a sí mismo en tal situación. esa misma noche, para ahuyentar el miedo, mi hermana y yo nos sacamos fotografias que creíamos divertidas, pero que no eran más que amuletos que nos convertían en eternas. dormí poco y me levante pronto. fuimos los primeros en llegar al tanatorio. esperamos en el hall, donde el frío esperaba con nosotros. nuestra sala la estaban limpiando. en recepción hablan y ríen. junto a ellos, folletos para sobrellevar el luto acumulan el polvo. es la primera vez que vivo de forma completa el proceso de la muerte, el velatorio y el entierro. debo ser valiente. mi padre me necesita valiente y divertida. necesita que no sea vindel, vindel. está nervioso y quiere volver a la sala para comprobar que ya han acabado y llegar antes que su hermana o lo que quede de ella. mi hermana no le deja solo. mamá y yo, frágiles ante el peligro. tardan, pero esperamos. papá ha dicho que no nos movamos hasta que el vuelva. en ese momento, entra rafa, el primo de mi padre. el que debia ser un hijo destrozado y no el consuelo de los demás. nos besa y nos dice que su madre y su hermana ya están en la sala. vamos despacio, con el sol en la cara, sin hablar. al llegar, mi madre abraza a mi tía, que rodeada por una corte de mujeres -su hermana y sus sobrinas- no para de repetir: "¡Ay, Rafa!". Yo soy incapaz de moverme. incapaz de acercarme a ella y de decirla que me duele el pecho. Y, de repente, sin previo aviso, de mi boca se escapa un "yo no puedo" y rompo a llorar como una niña. soy conocedora de mi incapacidad de impermeabilizarme ante los sentimientos que deberían serme ajenos, pero no me esperaba esa traición. Rafa me abraza, y me dice que me tranquilice, que no pasa nada. y yo me ahogo. y me siento culpable por no ser yo la que le dirija a él, a su madre o a su hermana esas palabras. no puedo hablar, sólo puedo sentir. soy una inútil. una inútil que tarde en tranquilizarse. pero lo consigue. a mi padre le preocupa la postura de su prima. busca una silla para que no tenga que soltarle las manos a su madre, pero esté cómoda. "vamos a estar aqui muchas horas", dice. personal del tanatorio dice que mi tío ya esta visible. yo no paso. mi madre no me deja. no se si deberia hacerlo. no se si quiero hacerlo. y mi madre no me deja. mi hermana, para evitar oportunidad, se queda a mi custodia. todo el dia. se que mi hermana es como una roca cuando se trata de cuidarme. ella podria poner fin al mundo por mi. el tiempo pasa despacio. mi tia se mece y suspira entre cada tanda de lloros. "Ay, Rafa". al oírla, dos lagrimas muy calientes y a la vez se me caen de los ojos. mi hermana me toca. no suele hacerlo. sabe que un pequeño roce se convierte en llaga en mi piel. pasa el tiempo. despacio. muy despacio. pienso en como mi tío, en como el que se convirtio en mi abuelo, me hablaba. me besaba. o bromeaba conmigo. y no me doy cuenta de que mi hermana esta llorando. parece que desde hace rato. la abrazo, la beso y lloro otra vez. mi prima nos ve. su silla es la ultima desde la que se puede ver a mi tio. la abandona y se sienta entre mi hermana y yo. deja caer sus brazos en nuestros hombros y pasa alli cerca de dos horas. vuelve con su madre. y una mujer entra a prisa. no la conozco. se abraza a mi tia. y ambas lloran mucho. son amigas. esta señora es mayor, pero dura. orgullosa, pero buena. y dulce pero irónica. es profesora. lo se porque esta muy recta, su cabeza alta y sus ojos escudriñan toda la habitación. en un momento en el que mamá se acerca a nosotras, esta mujer deja a mi tia y se acerca. se presenta ante mi madre, le dice a mi hermana que al verla ha sabido que era vindel, vindel. se pregunta si también se parecerá a mi tío en carácter. y yo le confirmo que más de lo que quisiera. nos hemos caido bien. vuelve a su sitio. poruqe en estos lugares la gente no debe reirse. de hacerlo, luego debe llorar con mas fuerza, y no todo el mundo es capaz. hace rato qeu quiero ir al baño, pero me da vergüenza. la cisterna suena muy fuerte. mi hermana me obliga. y nos vamos a buscar una boca de metro para volver a casa por la tarde. sólo papá y mamá se quedarán allí por la noche. deben ser las 11. pero hoy no tengo hambre. paseamos al sol y mi hermana habla con su novio, que dice que vendra a buscarnos. volvemos pero no entramos. hace frio y aprovechamos el sol. rafa esta fumando un cigarro y aprovecha el sol con nosotras. me siento, a ratos, incomoda. no se que decirle. me siento, a ratos, tranquila. el me habla de banalidades. llega la hermana de mi padre con su marido. rafa tiene que ir a saludarlos. mi hermana y yo hacia mucho que no les veiamos mas de 5 segundos. papa y mama estan acostumbrados a soportarse en los tanatorios. fuera de ellos, dejaron de hacerlo hace mucho tiempo. mi hermana y yo entramos para arropar a papa cuando su hermana y su cuñado entren. ellos no se esperan que mi hermana y yo estemos alli. pero era mas tio de mi padre que suyo y en mi casa no hay fisuras y si las hay se solucionan. pasa el tiempo. ahora si tengo hambre. debe ser la tension. mi madre sabe que tengo hambre y dice que vamos a ir a comer en breve. intentan convencer a mi tia, pero no quiere. tal vez luego, tal vez nunca. otra tia de mi padre y su hijo nos acompañan. el es ingeniero aeronautico y gana una pasta, pero su frase preferida es "que horror, mañana hay que trabajar". no me cae mal. le respeto. nunca le habia visto llorar. ahora le respeto mas. entra mi tia y mi prima en el comedor, acompañadas de la amiga de mi tia. quieren sentarse en la mesa de al lado. pero no las dejo. muevo varias sillas, la otra mesa. perfecto, cabemos todos. mi tia, a mi lado. y yo me siento responsable de ella. No quiero cerveza, me parece una falta de respeto. Su hija no piensa asi. De hecho, recuerda que el siempre decía: “Yo cerveza, el agua tiene bichos”. En eso si soy vindel, vindel. mi bocadillo es muy grande pero se que me lo comere. el de mi tia, un sandwich y no sabe que conmigo al lado tambien se lo comera. mi hermana, a mi otro lado, me pone la mano en la pierna porque mi tia llora. Yo no me doy cuenta hasta verlas de la mano. Es entonces cuando todos olvidan lo que hacen porque ella vuelve a llorar. Inútilmente, trato de resistirme y no acompañarla. pero resistir no siempre es vencer. Me cohíbe hacerlo con tanto publico. Es entonces cuando recuerda las palabras de su marido: “Disfruta de tu nieto, yo sólo he podido disfrutarlo 4 años”. Todos sabemos que el hecho de existir nos lleva a dejar de hacerlo, pero la crueldad del proceso es insoportable. A este nieto es al que habrá que explicarle en breve lo que ha sucedido. Pero, ¿cómo? Cómo se le dice a un niño de 4 años que no volverá a ver a su abuelo? Cómo? La madre del niño y mi primo no son creyentes y habían pensado en decirle que al abuelo le ha pasado como a uno de sus juguetes, que se le ha acabado las pilas. Cualquier alternativa al dogma me parece positiva, pero corremos el riesgo de preguntas inoportunas como: y si le compramos pilas nuevas? Mi tía recuerda también que la gente se extrañaba de que siempre fueran de la mano, como novios enamorados. Así es como iban a ir al nuevo centro comercial que habían abierto hace poco cerca de casa. “Cuando el tio se mejorase, íbamos a ir”. Vuelvo a no tener hambre. Ella me obliga a comer. Pero solo lo hare si ella también lo hace. Terminamos y volvemos a la sala. La cuesta andar. Sus rodillas no la sostienen. Papa coge una mesa baja para que pueda estirar las piernas. Ella accede porque no quiere que la comodidad del sillón la aleje de el. El marido de la hermana de mi padre lee el periódico, ajeno al dolor, tranquilo, pasando la tarde. Me enfado. Y en vez de evitarle y dar la vuelta a la mesa hasta poder sentarme. Paso cerca de el y le obligo a retroceder. no me conoce. Y no sabe que toda mi debilidad se convierte en fortaleza cuando se trata de la debilidad ajena. Mi padre se hace el dormido enfrente de su cuñado. Rafa, mi madre, mi hermana y yo, juntos. Vuelvo a llorar en silencio. Pero mi madre me escucha. Mi madre siempre me escucha. Aunque no hable. Y me intenta consolar. Pero no quiero. Si lo hace es peor. Pasa el tiempo. Y empiezan a llegar amigos y conocidos de la familia. Llega el novio de mi hermana y tras unos minutos nos vamos. En la despedida, tuve que entrar en la zona en la que mi tio era visible. Mi madre muy nerviosa porque pudiera ceder a mi misma y mirar, se encargo de taparme cualquier angulo de visión. Mi padre y mi hermana me guiaron en el camino. Le digo a mi tia que mañana nos veremos y me dice que no con la cabeza, consigue verbalizar unas palabras que vi en sus ojos: “Es muy pronto”. A la vez, le repito: “Mañana nos vemos”. Me lo agradece con una sonrisa. Ahora, son mis rodillas las que no me resisten. Vuelvo a ahogarme. Tengo que salir de allí. En casa, me encargo de la cena. Me hace sentir bien. Mi hermana y yo dormimos juntas. Eso también nos hace sentir bien. Desde que se que mi hermana se marchara pronto de casa, duermo a menudo con ella. Siempre que estoy nerviosa o busco respuestas, lo hago. Ella me tranquiliza. Al día siguiente, aunque parecía el mismo, cogimos un taxi y nos plantamos en ese maldito tanatorio. junto a esa mezquita que me recuerda tanto aquel idioma hipnotizante. El calor de ese verano. El olor de su cuerpo en el mio. Y mi cara entre la ternura de sus manos, secándome las lagrimas en el momento en el que debemos volver a diferentes orillas del mediterraneo. Vuelvo al tanatorio y hay el doble de personas que la noche anterior, entre las que se suman las hijas de la hermana de mi padre. la mayor sabe que no me gusta. Ni ella ni la situación. se mantiene alerta. cree que su mirada me atemoriza. y no sabe que estoy deseando que verbalice el odio heredado. La pequeña, debe ser un sensible e inofensivo. Sin información del pasado. entre nosotras, nos hablamos con los ojos. Y nos basta. No puedo decir primas. Ni tia, ni tio, ni abuelo. Me son indiferentes. Al menos, eso digo. Y, a veces, me lo creo. Mi madre sigue algo menos tensa que la tarde anterior. Ya se ha acostumbrado a su presencia. Al menos, eso cree ella. Me recuerda la fragilidad del ser humano y de su memoria. En una conversación intrascendente, mi tia le dijo a su hija: “Preguntaselo a papa”. Y el silencio solo lo rompió su llanto. En pocos minutos, abandonamos esa sala que ya me era mas familiar que muchos de los que la ocupaban. Nos montamos en el coche. el cuñado de mi padre intenta cortarla la salida. Pero mi padre es un magnifico conductor. Y le guarda tanto rencor que creo que tendre que bajarme del coche. No es necesario. Pero en silencio, recordamos aquel incidente en otro tanatorio. En el que se  velaba al padre de mi padre. Cuando el cuñado de mi padre intento echarle de allí. Por orden de su hermana. Fue rafa, su tio, el que le cogió del brazo. Primero, para evitar que le matara. Segundo, para que volviera dentro el tiempo que quisiera. Pero ahora era rafa el que se dirigía a una capilla pequeña. A la derecha de un cura gordo. Un cura que no hablaba. Locutaba. Un cura que nunca sabra lo cerca que estuvo de que ese sábado alguien le sacara los colores. Por sinvergüenza. Le di las gracias muy alto. Y con un tono que le despejo las dudas. Mi tia aun sabia lo que hacia. Ni se acerco a el. Fuera, ella y sus hijos nos dieron las gracias. Nos despedimos y nos marchamos. No quería irme de allí. pero mi padre me cogió del hombro y me puso en camino. de vuelta a casa, bromeo con todo lo sucedido con el cuñado de mi padre, su hermana, y sus hijas. Según mi carta astral, es mi forma de defender a la gente a la que quiero de la tristeza. Para defenderme yo, escribo. Pero no lo hago tanto como quisiera. por eso, a menudo, siento que me ahogo.

YOUR HANDS

YOUR HANDS

 

I like...

 

el café sin azúcar

el sonido de las teclas del ordenador

los bolsos

el chocolate

esconderme y asustar a la gente

escuchar música triste

el mar

dar abrazos

combinar la ropa de mi hermana

mirar las estrellas

la cerveza

viajar

hablar con mis amigos

disfrazarme

apuntar cosas

la fotografía

mi profesión

el Barça

hacerme la muerta

escribir cartas

el color verde

discutir 

preocuparme demasiado

conducir

el fuego

comer
cocinar

los puff

los parques de atracciones

echarme la siesta

el olor a gasolina

cuidar las plantas

bucear
cantar en inglés

la danza del vientre

el fútbol

el cine

la historia

los calcetines de rayas

acumular objetos con un significado especial

el arte

los bebés

el calor

bailar frente al espejo

los camisones

los teléfonos antiguos

las fallas 

montar en avión

dar consejos

los ojos verdes

planchar

revisar albumes de fotos

aprender

tu boca

tus manos 

 

 

 

I don´t like...

 

tirar la basura

las gafas de sol

las imposiciones

la paella de mi madre

el alemán 

recoger la ropa

la COPE

el Real Madrid

Dios

madrugar

los análisis de sangre

las curvas

lavarme la cara

las mentiras

la manzanilla

el color rosa

los toros

Bush

Aznar

la pulpa de la naranja

los tacones

el paso del tiempo

la muerte

NO DOUBT

NO DOUBT

You and me
We used to be together
Every day together always
I really feel
I'm losing my best friend
I can't believe
This could be the end

It looks as though you're letting go
And if it's real
Well I don't want to know

Don't speak
I know just what you're saying
So please stop explaining
Don't tell me 'cause it hurts
Don't speak
I know what you're thinking
I don't need your reasons
Don't tell me 'cause it hurts

Our memories
They can be inviting
But some are altogether
Mighty frightening

As we die, both you and I
With my head in my hands
I sit and cry

Don't speak
I know just what you're saying
So please stop explaining
Don't tell me 'cause it hurts
Don't speak
I know what you're thinking
I don't need your reasons
Don't tell me 'cause it hurts

It's all ending
I gotta stop pretending who we are

You and me
I can see us dying ... are we?

Hush, hush, darling

TE ESTÁS HACIENDO MAYOR

TE ESTÁS HACIENDO MAYOR

Tus faldas se alargan y tus tacones se encojen

Destinas un armario entero para las cremas y el maquillaje

Las revistas femeninas se convierten en tu credo

Las gafas de sol ya son mucho más que un accesorio

Los rojos y amarillos desaparecen de tu vestuario y dan paso a los marrones y negros

Tu reloj biológico suena como un despertador de cuco

Jamás cambias el look que crees que te favorece

 

El fútbol en directo pasa a ser televisado

El alcohol, con moderación

Tu deportivo rojo deja paso a una monovolumen azul

Ya es imposible disimular que te estás quedando calvo

El footing de todas las mañanas deja de surtir efecto

Te sientes observado en las discotecas

Salir de marcha entre semana se convierte en una broma pesada

Empiezan a salirte ahijados

Comienzas a entender los razonamientos de tus padres

Todo lo que supere las dos horas y media es un viaje de largo recorrido

Ya no eres capaz de dormir en cualquier sitio y levantarte sin secuelas

El metro te parece un lugar inhóspito

De tu móvil de última generación sólo conoces el 50% de sus funciones

Un semáforo intermitente es un semáforo en rojo

La colocación de tus cd´s responde a un complejo sistema de clasificación alfa-numérico

A MUERTE CON LA VIDA

A MUERTE CON LA VIDA

De pie, sujetándose a la barra para evitar perder el equilibrio por el traqueteo del metro, una mujer se pelea con sus crucigramas, con el único fin de mejorar su lengua recién aprendida.

 

 

Estaba más cerca del orígen de la muerte que del de la vida, pero se negaba a sentarse para una sola parada.

 

 

Aprovechando los 12 minutos de esas cuatro estaciones, besó a su hijo como si nadie se hubiera percatado de la pureza de su bebé.

 

 

Todos los días, la misma hora, la misma línea, el mismo vagón, en el mismo sitio... la misma angustia convertida en agua.

UN BESO

UN BESO

Entré en el metro y busqué sitio, justo al lado de un chico que había hecho los dos trasbordos que yo hacía cuatro veces todos los días para ir a trabajar, y justo enfrente de una madre y su hijo. Una madre sentada en la intranquilidad y un niño adaptado a la deficiencia. La única que no estaba adaptada era yo. Fueron las tres paradas más largas de mi vida. No quería mirar, pero miraba. No quería dejar de mirar, pero no aguantaba el dolor. La madre llevaba una bolsa de una clínica de aparatos de audición, logopedas y una interminable lista de especialidades y artilujios para facilitar la vida a los que te hacen verla sencilla a ti. Tras hacerle saber a su madre que tenía calor y sed. Se quitó el abrigo y bebió agua. Empezó a hablar solo. A practicar su idioma. Me moría por saber qué estaba pensando. Llegó mi estación y me levanté. Me agarré a la barra a la que también él estaba agarrado, y empezó a juguetear con mi camisa. Quería morirme. Era suya desde que me senté. En cuanto le miré empezó a despedirse. Yo también le dije adiós. A él y a su madre. Le gusté. Me pidió un beso y se lo di. Sin palabras. Como se piden y dan los besos de verdad. No recordaba cuándo fue la última vez que me permitía la licencia de llorar en público.