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SÓLO AMBICIONA EXPERIMENTAR POR FIN ESTE CONTACTO Y MORIR EN ÉL (FRANZ KAFKA)

SÓLO AMBICIONA EXPERIMENTAR POR FIN ESTE CONTACTO Y MORIR EN ÉL (FRANZ KAFKA)

Piensas en ellos, en lo que los echas de menos. En que estás escribiendo en un autobús y te vas a volver a pasar de parada. Piensas en que nombremasculino1 no ha venido, y en lo que hubiese sucedido si hubiese venido. Piensas en el que tienes sentado al lado leyendo una revista y en los dos de adelante (un hombre de más de 60 años y un joven negro, hablando de fútbol muy animados. En realidad, sólo habla el viejo. Y son las 4 de la mañana) Piensas en ÉL  y en mandarle un sms y decirle que le necesitas a él, a sus manos, y a su boca. La radio del bus. Y los de alante hablan. Sigues borracha y el de al lado deja de leer y te observa por el espejo del bus. Acabas de dejarlos. Fueron todo lo que buscabas y ahora todo lo que anhelas. De camino, piensas en nombremasculino2, pero ÉL vuelve a tu mente y no puedes evitar pensar en sus ojos. Y los de adelante hablan del Barça. Y el de al lado no sabe dónde mirar. Pasas por donde se realizó la cena de empresa. Nos saltamos un semáforo. Y hablan de Dani Alves y Messi. Y el chico que estaba a tu lado acaba de pedirte paso. Se lo has dado y posiblemente está intentando leer lo que escribes, mientras llega su parada, pero tú sigues y escribes peor de lo normal. Y vuelves a pensar en ÉL. Intentas tapar tus textos. Ya se baja, vuelves a escribir con libertad. Te cambias de sitio y ocupas el suyo, junto a la ventana. “Robben” dice el señor blanco al negro. ¡No puedes dormirte! ¿Qué habrá pensado el chico que acaba de bajar? Me da igual. Le necesito, a ÉL, a su lógica, a sus manos y a su cuello. Esta noche podría haber tenido a otro, pero le quiero a ÉL. Has esquivado una alcantarilla, te has doblado el pie, has pensado en quién te podrías encontrar, has escuchado una discusión de pareja que has deseado tener, por el mero hecho de tenerla con ÉL. Llevas un anillo precioso y ves por la ventana una pareja que se abraza. Esto lo has sentido antes, pero esta vez se hará realidad. No puedes dormirte. Y mañana te espera un día vertiginoso. Te encanta esa palabra. Vertiginoso. El suelo del bus brilla y nombremasculino3 te ha dicho “quédate y cogemos juntos el bus”. Sabes lo que eso significa y vuelves sola a casa porque has pensado de nuevo en ÉL. ¿Estará en su coche esperándote en la puerta de casa? No, no estará. Pero sabes que poco a poco, empieza a necesitarte. Menos que tú a ÉL, pero algo es algo. Estás llegando y debes guardar el papel y el boli. Pero quieres expresar de la manera más absoluta y fiel lo que sientes por ÉL. Otro viajero vuelve a leer lo que escribes. De hecho, puede que le conozcas. Pero no te importa. Guardarás el papel y volverás a ser la misma que ni siente ni padece, hasta que ÉL lo diga. Porque yo ya no soy la que decide.

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